LA ADOPCIÓN[1], UNA RESPUESTA A LA NIÑEZ DEL CONFLICTO ARMADO EN EL SALVADOR




El destino final de muchos niños y niñas que sobrevivieron de zonas permanentes de guerra fueron durante el conflicto armado salvadoreño nuevos hogares tanto nacionales como en el extranjero.

Hasta para el propio ejército, la niñez en orfandad fue un problema visto posteriormente pero que al principio del conflicto no sabían qué hacer con los niños/as que dejaba la guerra[2]. En algunos casos fueron totalmente masacrados, en otros fueron liberados y sacados de la zona por los oficiales o soldados, o si eran muchos a través de organismos humanitarios como la Cruz Roja salvadoreña[3] y religiosos.

La guerra desmembró a las familias siendo los niños/as los más afectados. Se les respeta la vida, pero quedaron sin sus padres, arrancados de sus lugares de origen, de su vida cotidiana, a veces sólo a veces con otros hermanos. Quedan luego del trauma de la guerra, ahora con la incertidumbre de lo que será de sus vidas.

Algunos fueron “adoptados de hecho” quedando bajo el cuido de la familia de militares o de combatientes de ambos bandos; otros fueron legalmente tomados en adopción por familias salvadoreñas civiles y otros infantes fueron adoptados por familias extranjeras, principalmente de países como Italia, Francia y Estados Unidos.

 Los procesos de adopción en El Salvador (que sería interesante indagar más cómo se daban formal y realmente), parece que se lograban mucha facilidad, sobre todo si iban fuera del país y el sistema lograba que todo fuera “normal” y “legal”. Muy diferente a lo que es actualmente[4]. Habría que revisar bien la actuación de profesionales (abogados), alcaldías, juzgados y hasta la misma Procuraduría General. Muchos jóvenes en otros países, aun se preguntan cómo fue tan fácil que llegaran a ese país y luego sin a veces verificar con qué tipo de familia llegarían.

Una vez los niños y niñas re ubicados  no les queda nada más que adaptarse a las nuevas condiciones, posiblemente con familias que si los necesitaban, otras donde fue también forzado su ingreso a la nueva familia. Siendo esto no necesario para lograr su desarrollo integral y un posible proyecto de vida.

Hasta el momento, las experiencias de adopción durante el conflicto armado salvadoreño son variadas. Siempre hay necesidad de conocer la historia dolorosa, sus raíces, de reconocer su identidad, donde quizás hasta su nombre es diferente. El niño y la niña ya adulto no logra asimilar nunca las razones de su adopción,  aunque estuviesen asociadas al conflicto armado.

 Es hasta ahora que nos damos cuenta que algunas adopciones en el país no posibilitaron siempre el desarrollo integral del o la joven. Siempre hay problemas con algunos de los padres adoptivos o los nuevos hermanos, donde varía el sufrimiento, desde difícil hasta muy grave, muchos cambiaron de familias, se quedaron completamente solos o fueron víctimas de abusos de toda índole.

 En nuestros países con poco nivel educativo, el trato a nuestros niños y niñas es bastante deficiente y nos cuesta tener un estilo de crianza aceptable que posibilite el desarrollo sano de estos. Pero cuando el niño ha llegado a la familia, sin pedirlo a veces o simplemente por ser de afuera, todo puede volverse una vida de sufrimiento permanente, viéndose el niño con mucha soledad, sin identidad, sin historia, sin una defensa de nadie. Por el contrario, la excepción es lograr una igualdad en condiciones de vida que los hijos/as de casa o si es único, que tenga lo adecuado para salir delante de mayor.

Nunca hubo un seguimiento riguroso por parte del Estado de la adaptación de los niños y niñas, y estos con mucha dificultad lograban abrirse camino en todos los sentidos. En raras ocasiones lograba ser uno más en la familia (viendo esto como algo positivo).

Complicada situación a nivel emocional y de identidad la que se le presentaba a los menores cuando tenían que desarrollar un vínculo con quienes fueron quizás parte de un hecho de violencia (fueron también sus victimarios).

Actualmente la adopción en El Salvador[5] tiene mayores regulaciones y cuidados, tomando en cuenta tratados internacionales y la protección sobre todo del niño y la niña, procurando una mejor experiencia y que sea lo que todos esperan, un acto de generosidad, de nobleza, de altruismo y que no sea tan fácil como para promover la conducta de abandono o de adopción, llegando al punto de verlo como una normalidad.







[1] Se entiende por adopción o filiación adoptiva al acto jurídico mediante el cual se crea un vínculo de parentesco entre dos personas, de forma tal que establece entre ellas relaciones análogas o muy similares a las que resultan jurídicamente de la paternidad. http://es.wikipedia.org/wiki/Adopci%C3%B3n

[2] El Gral. Adolfo Blandón, retirado, quien manejó las operaciones del ejército salvadoreño en el cargo de Jefe de Personal desde 1983 – 88, reconoció en una entrevista que los niños eran sacados de zonas de conflicto, pero que no estaba al tanto de la profundidad del problema hasta ahora. “Admito que cometí un error al no tener control absoluto de estos niños,” dijo. “Pero... Yo nunca sentí que fuese un gran problema. Repito: yo creo que fue un error del alto comando militar.” THE BOSTON SUNDAY GLOBE, 14 de Julio de 1996. Steve  Fainaru.

[3] Les fueron dados niños y niñas tanto en las guindas de mayo como en la de Peña (Chalatenango y San Vicente respectivamente)
[4] El Salvador cuenta con una institución gubernamental especializada en el tema, que es la Oficina para Adopciones (OPA), que fue creada por medio de la nueva Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República (PGR), el 3 de Diciembre de 2008.
[5] La Adopción de Menores está regulada dentro de la legislación salvadoreña en el Capítulo III sobre la Filiación Adoptiva, Sección Primera, en la que se establecen las disposiciones comunes, del Código de Familia, donde en el artículo 165 la define como: “Una institución de protección familiar y social, especialmente establecida en interés superior del menor, para dotarlo de una familia que asegure su bienestar y desarrollo integral.” Y el artículo 167 del mismo Código expresa: “Adopción es aquella por la cual el adoptado, para todo efecto, pasa a formar parte de la familia de los adoptantes, como hijo de éstos y se desvincula en forma total de su familia biológica respecto de la cual ya no le corresponderán derechos ni deberes. Quedan vigentes los impedimentos matrimoniales que por razón de parentesco establece este Código.” REGULACIÓN DE LA ADOPCIÓN DE MENORES EN EL SALVADOR

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