QUIEREN A LOS JÓVENES PARA EL VOTO, PERO NO DAN EL VOTO POR LOS JÓVENES
Así se maneja la política en
nuestros días, siempre interesados en el voto de los jóvenes, sobre todo de los
que apenas llegan a la edad para realizar su derecho. Al mismo tiempo no se
apuesta por uno de los sectores más fuertes del país[1] y
por el contrario, se les muestra pocas oportunidades educativas y de empleo,
estigmatización con una relación constante a la violencia como víctimas y como
victimarios y por último, su única alternativa de sobrevivencia es viajar al
extranjero, principalmente a los Estados Unidos de América.
Los partidos políticos en El
Salvador alejan cada vez más a la juventud del derecho al voto y estos no están
entusiasmados por participar en elecciones ni como votantes ni como líderes
partidarios, estas no son motivaciones
para tramitar su Documento Único de Identidad (DUI). De 80 mil jóvenes[2]
con posibilidades de hacer este trámite, solamente 9,687[3] lo
tramitaron en el tiempo para poder ser aptos para votar[4]. Como
se puede ver la diferencia es abismal.
En mi opinión tanto los partidos
políticos como los políticos mismos, no han podido hacer la llave que
entusiasme y comprometa a los jóvenes a una participación más activa en la
política. No se cumplen promesas, no hay espacios de participación, no hay una
verdadera y comprometida política de juventud y como lo decía hace un año en
este mismo mes de la juventud, no existe un camino abierto y claro para los
jóvenes en la política en El Salvador, las estructuras en la sociedad civil y
en las partidarias no se han hecho para que esto se dé.
Por su parte los jóvenes, no
tienen el acompañamiento necesario ni de sus familias ni de otras instituciones
que les oriente ni preparen para una vida comprometida ni personal ni socialmente, por lo que pueden volver jóvenes distantes de
la realidad, apáticos, indiferentes. Dedicados más a sobrevivir en un mundo
amenazador, individualista y marcado por la vida fácil, “light”, que procure
todo de inmediato y al no compromiso.
El liderazgo juvenil si se está
dando ahí en los barrios, en las comunidades, en las escuelas, muchos son
positivos en el equipo de fútbol, en las iglesias y donde los dejen
desarrollarse. Están formándose, pero necesitan del apoyo de una sociedad que
les dé un buen ejemplo para que puedan dar ese salto cualitativo y cuantitativo.
Todos tenemos que actuar y los
adultos dejar de ser protagonistas, de creer que todo lo sabemos y lo podemos,
es importante dar paso a la cultura juvenil que se arriesga, que cuestiona, que
impulsa. Dar paso a la nueva generación, debe ser lo más prioritario y ganador
para un país con una democracia joven como la nuestra. No nos hagamos viejos antes de tiempo.
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