Hasta el Tope… Ahora Por la Justicia, la Paz y el Desarrollo
Hace 24 años, se iba la
luz en todas las colonias de barrios y colonias de la capital y con ello los
ataques de la guerrilla a puntos clave del ejército en todo el país, esperando que la
población se incorporara voluntariamente a la lucha armada. Era la ofensiva
final “Hasta el tope”, que pretendía mostrar todo el poder militar del entonces
frente guerrillero del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional,
FMLN.
Los resultados no
fueron los esperados la guerra trasladada a las ciudades, el grueso de la
población no se incorporó, hubo saqueos y vandalismo por la posible escases y
por no saber la prolongación de los ataques, algunos planes fallaron, y aunque cada bando mostró su poderío militar,
esto fue a costa de miles de vidas que se perdieron.
El nombre de la
ofensiva mostraba radicalidad, llegar hasta las últimas consecuencias, lograr,
si era posible, una victoria de la revolución por la vía armada. Todavía
podemos preguntarnos si ¿valió la pena? Si ¿era necesario? Si ¿había otras
formas de lucha que no le dieran más justificación al tirano? Los dos bandos
cometieron errores, fueron injustos, dejaron heridas que aún siguen abiertas y
que son muy dolorosas, como si hubieran sido ayer.
Se logró al final,
llegar a establecer la idea que este conflicto no lo iba a ganar nadie, que los
costos eran ya muy elevados y la voz del pueblo que junto a los mártires llegó
hasta el cielo de que la guerra tenía que parar. Llegó el proceso para lograr
los acuerdos de paz unos años después, pero que también acompañaría la
impunidad y la injusticia social que inició la guerra.
Luego de todo este
tiempo de pos guerra, cuando la esperanza de nuevo está agotada, no se ven
alternativas y todos luchamos por seguir con las últimas fuerzas que nos da la
vida, con la astucia y valentía que nos caracteriza, es hora de otra ofensiva…
una más radical por la paz, por el desarrollo, por la justicia.
Todos estamos llamados
a ella, atrevernos para que seamos funcionarios honestos que estén al servicio
de los más necesitados, comerciantes conscientes de los precios, jueces que
velen por el más pequeño, por el ofendido, por la víctima; para que encuentren
la verdad y la reparación. Una ofensiva en la que no veamos colores
partidarios, sino necesidades; que no seamos cómplices de la delincuencia, que
actuemos por la honradez y la no violencia, empresarios que fortalezcan al
trabajador y sean solidarios en sus impuestos.
La ofensiva ahora va
por el empleo, por las oportunidades a los jóvenes, para que no se vayan del
país, y que sientan que si los queremos con nosotros, por el buen uso de los
recursos públicos y que lleguen donde tienen que llegar. La ofensiva va contra
el maltrato infantil, a la mujer o a los adultos mayores, que busquemos el diálogo
como mejor forma de transformar los conflictos. Vamos hasta el tope por ayudar,
por enseñar al que no sabe, porque tengamos un pueblo saludable.
Esta ofensiva, tiene
que ser con amor, con comprensión, sin descanso, sin treguas, un país mejor es
posible, ahora sin armas nada más con la decisión de querer salir de donde
estamos. La lucha por el poder no tiene espacios, todos juntos formamos un
poder para transformar.
Al final, como decía el
padre Tilo SJ todos tendremos un puesto alrededor de la mesa, cada cual con su
taburete…
Comentarios
Publicar un comentario