¿DESESPERANZA O RETO?



      "Los grandes problemas del mundo
 no se resuelven sólo caritativamente, con limosnas,
sino que deben ser abordados estructural y políticamente"
P. Arrupe S.J



A diferencia de otras ocasiones, está vez tomaremos varios temas pendientes pero relacionados, que en conjunto forman nuestra realidad, esa que nadie más nos debe de decir cómo la tenemos o cómo estamos, más que nosotros mismos. Para eso si no debe haber expertos.

Para empezar, lamentar que en el mundo se priorice más la violencia frente al diálogo u otras vías para lograr entendimiento. Siria, palestina, Irak, Ucrania entre otros, se han vuelto lugares de lucha, de muerte, de intolerancia, casi de exterminio. Términos que todos pensamos habían quedado en el siglo XX con todo el terror que el mundo vivió, pero no es así. La hegemonía mundial está en juego, este y oeste vuelven a entrar en una posible guerra fría.

Ana Tijoux - Somos Sur (Feat. Shadia Mansour)


Los países pobre estamos en medio de todo eso, con la memoria a flor de piel nos afecta y lastima, pero también nos solidariza. Como toda crisis, se pone pausa al desarrollo, avanzan otros males (Ébola, VIH, Chikungunya, dengue, hambre, etc) y otros aprovechan el rio revuelto para obtener mayores ganancias en el tráfico de armas, drogas, personas.

En El Salvador, país con alrededor de 19 mil Km2, tenemos los problemas más grandes de la región: Pandillas con 25 años de organización y desarrollo, la pobreza que no para de crecer y que se mantiene por un sistema capitalista que todos sabemos que ha fallado pero que seguimos alimentando, sobreviviendo y otros abusando, acomodados en ella. Males que crean otros males: migración, un pueblo enfermo, desempleo, discriminación, poca educación. Aun no tenemos un modelo a desarrollar y vamos según nos presenten el dinero para sobrevivir, a veces desde USA, a veces desde el cono SUR sin claridad de lo que queremos construir.

Igual “rumbo” llevamos a nivel de seguridad pública, al menos yo tenía la certeza que se terminaría la tregua y ahora con un gobierno realmente de izquierda se trataría de combinar una estrategia guerrillera y una Fuerza Armada que junto a lo ya ganado en Derechos Humanos y con una fuerte ofensiva preventiva (deporte, cultura, empleo, recreación, etc) sería capaz de salir adelante a las pandillas y hacerle frente a la violencia en nuestro país. Aún seguimos esperando, lastimosamente cada día de espera son muertos en las calles, campos y quebradas.

La violencia mantiene en desesperación y desesperanzada a la mayoría. Las personas quizás puedan luchar contra la inflación, el desempleo, la enfermedad y otras cosas, pero la Violencia está haciendo que muchos salgan del país más que sólo la pobreza que a veces se junta. Toda familia que tiene hijos o hijas llegando a los 10 u 11 años ya está en un nivel de amenaza mayor, si tiene negocio o cuenta con algún nivel de éxito tampoco puede seguir viviendo tranquilamente.

El lema: “Ver, Oír y Callar” que se manifiesta en todas nuestras comunidades nos ha ganado la voluntad, nadie podría pensar en cambiar esos términos: Ver, Oír y denunciar; o mejor Ver, Oír y anunciar lo bueno que tenemos. El miedo de nuevo se ha introyectado, pasando a todos los niveles y la ciudadanía en general dividida por otras consignas políticas (de partidos) que nos alejan de un camino juntos frente a problemas comunes y que los de siempre aprovechan siempre para obtener ganancias personales o familiares.

No necesitamos más funcionarios de fotos y de discursos, sino de ideas, de creación, de novedad, que se arriesguen por todos. No es suficiente con lo que otros gobiernos dejaron, se necesita de más, que se distingan por los resultados no por la fan page o las frases bonitas. La esperanza se crea en las comunidades, escuchando, pero también acompañando con acciones concretas, con compromiso no con asistencialismo. Todos podemos hacer algo, pero como todo pueblo joven se necesita que los que están al frente sean también todo terreno a la hora de trabajar y de sufrir, ahí donde no hay prensa, donde no hay cámaras.

El problema migratorio, un problema histórico es otro que necesita de todo el acompañamiento, aunque tuvo que llegar a niveles de crisis humanitaria con los menores que migran. La toma de decisiones en la familia no es en libertad, sino entre la espada y la pared: la amenaza de la pandilla y sufrir el calvario del camino al “sueño americano”, al final los dos caminos de muerte y parece no haber opciones. Las soluciones estructurales están lejos.

No todo es mal, pero lo poco que se ha iniciado siempre tiene que luchar por la sostenibilidad y muchos de los esfuerzos aún se mantienen en los síntomas y no en la raíz de cada problema. Al momento de escribir, el PNUD menciona El Salvador como el país donde más se ha avanzado en desarrollo humano, como siempre los indicadores muestran un dato pero la realidad siempre es más cruda.


Al final, el rumbo lo iremos construyendo no sólo con una visión de futuro, que por ahora no alcanzamos a ver pero si con una visión de presente que nos ayudará a avanzar.


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