Un R(o)astro de Muerte



Protestas por cambio de nombre 
en Calle San Antonio Abad, San Salvador

El Salvador, país donde se tiene una deuda pendiente con la reconciliación de un pueblo arrasado por una guerra, mantiene heridas muy vivas que con poco arden, ya no digamos que intencionalmente se quiera hacer el daño.

Escribo en un día internacional de los Derechos Humanos y pienso en todas víctimas y sobrevivientes de antes, durante y después del conflicto sufrieron a manos de los escuadrones de la muerte en El Salvador.

Desde hace unas semanas trascendió que el concejo municipal de San Salvador tomaba la decisión que la Calle a San Antonio Abad se llamaría Roberto D´abuisson, fundador principal del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y señalado por el informe de la Comisión de la Verdad como el autor intelectual del asesinato de Monseñor Romero.

Según el Informe de la Comisión de la Verdad[1], él es el fundador de los escuadrones de la muerte en El Salvador[2]: bandas de paramilitares de extrema derecha financiados por algunas de las familias más ricas del país para eliminar a cualquiera que consideraran oposición al gobierno en turno y que posibilitara cualquier cambio social en el país. Existía el Escuadrón de la Muerte como tal, el Escuadrón anticomunista Maximiliano Hernández Martínez, Escuadrón anticomunista Salvadoreño entre otros.

Como sobreviviente de los Escuadrones, soy de los que aun recuerda con temor aquellas noches de los 80´s, cuando en la colonia los perros ladraban y al día siguiente aparecía asesinado un maestro, catequista, sacerdote, jóvenes estudiantes, etc. Yo sabía, a mis 9 años, que el escuadrón andaba cerca y como teníamos una tienda luego que llegaba el toque de queda, cualquier golpe a la puerta podría ser lo último que escuchara y me daba ese sudor helado, de miedo a lo que pudiera pasar.

También pude ver los carros, esos sospechosos microbuses volkswagen amarillo mostaza que merodeaban nuestras casas y colonias y que luego supe que no fui el único que los identificó con los escuadrones de la muerte.

Aunque el mayor D´abuisson murió en 1992, una vez firmados los acuerdos de paz, los escuadrones de la muerte siguieron sus prácticas y también recuerdo ya como joven, de la necesidad de hacer algo para que esto acabara y hacíamos desde una posición cristiana ayunos (huelgas de Hambre) en la Capilla de la UCA, como una forma de lucha que se ofrece a Dios y al esfuerzo de paz en nuestro país.

Espero no volver a saber de ellos y mucho menos que quien los organizó sea presentado como un héroe. Me imagino que en su vida hizo cosas importantes y quizás hasta buenas, pero nada puede lavar el sufrimiento de tantas familias que les desaparecieron, torturaron y asesinaron a veces de la manera más cruel a un papá, hermano, hijo, tíos, etc. Sólo por el hecho de pensar distinto, de creer distinto, de ser distinto.

Escuadrones de la Muerte Nunca Más… Nunca una calle llevará tu nombre






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