EL VOLUNTARIADO, UN CAMINO PARA CONSTRUIR LA PAZ
Este 24
aniversario de los Acuerdos de Paz en El Salvador ha sido marcado, como los
últimos años anteriores, con mucho sarcasmo preguntando por ¿cuál paz celebrar?
Tomando en cuenta los alrededor de 20 asesinatos diarios que se están dando,
aparte de otros muchos problemas sociales, políticos y económicos. Las
caricaturas, las criticas, la quejas y los señalamientos están a la orden para
todos aquellos que dirigen, que gobiernan, que tienen una cuota de poder
elegidos o no.
Mi
pregunta por otra parte es, ¿qué estoy haciendo yo para que esa paz que se
firmó hace 24 años se fortalezca? y que este país cambie para que sea de
desarrollo para todos. Porque somos de mucho exigir y poco aportar.
Una de
las acciones que ayudaría mucho a salir adelante es el voluntariado y no
necesariamente el internacional sino el nacional, entre nosotros mismos. La
vida a veces nos da mucho o al menos lo suficiente y nosotros no retribuimos. No
es necesario dar un cien por ciento de nuestro tiempo, cada uno tiene que ver
qué puede aportar y cuánto de su tiempo, de sus recursos puede compartir.
En lo
particular siempre me llamó la atención cómo en algunos países se atacó el
analfabetismo con puro trabajo voluntario. Así deberíamos pensar cada uno para ¿qué
soy bueno?, cuál es mi talento y compartirlo. Tal vez soy bueno para enseñar y
hago un club de tareas para niños sin recursos, o tengo algún tipo de arte que
manejo o deporte con el que organizo torneos o talleres para que los niños y
niñas tengan opciones. La paz tiene muchas maneras de construirse y a veces no
queremos aportar nada pensando que todo nos lo tienen que dar.
Puede
ser principalmente desde nuestras comunidades, pero también desde la iglesia
que cada quien profesa o un espacio al que asista sistemáticamente, con niños,
jóvenes o ancianos, mujeres, personas con alguna discapacidad, ahí donde sienta
una necesidad y algo con qué poder ayudar.
“El voluntariado es el trabajo de las personas que
sirven a una comunidad o al medio
ambiente por
decisión propia y libre. El término también hace referencia al
conjunto de dichas personas, los voluntarios. Por definición, los voluntarios
no cobran por su trabajo.[1]”
Mucho nos quejamos de la falta
de empleo, de experiencia pero el voluntariado puede ser una buena forma de
llegar a un primer empleo, si bien es cierto se ayuda sin interés inmediato,
pero la experiencia queda. El voluntariado nos lleva disciplina, orden,
horarios, respeto a un guía, referente o alguna jefatura, a respetar un plan.
Elementos similares a los que encontramos en cualquier empresa o espacio
laboral, por lo que resulta importante hacerlo bien y con el mayor esfuerzo. Al
final, la mejor recomendación viene de esa experiencia donde di todo de mí sin
esperar algo a cambio.
“El Día Internacional de
los Voluntarios[2] es una ocasión única para que los
voluntarios, las comunidades y las organizaciones hagan visible su contribución
al desarrollo, tanto en el ámbito local y nacional como internacional.
Combinando el apoyo de las Naciones Unidas con los mandatos locales, el Día
Internacional de los Voluntarios ofrece a las personas y a las organizaciones
de voluntarios la oportunidad de trabajar con gobiernos, instituciones sin
ánimo de lucro, grupos comunitarios y los sectores académico y privado”.
La Asamblea General invitó a los gobiernos a celebrar todos los
años, el 5 de diciembre, el Día Internacional de los Voluntarios para el
Desarrollo Económico y Social (resolución 40/212
, de 17 de diciembre de 1985) y los
exhortó a adoptar medidas para que se cobrara mayor conciencia de la importante
contribución de los voluntarios, estimulando así a más personas en todas las
condiciones sociales a ofrecer sus servicios como voluntarios, tanto dentro de
su propio país como en el extranjero.

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