Pandemia Global, Medidas Caseras







Desde la cuarentena escribiendo para el mundo, na son bromas sólo para mi. Pero quien quita alguien lo quiera ver.

Tomando en cuenta la experiencia que estamos teniendo que en parte es nueva para los salvadoreños, digo en parte porque los que ya vivimos guerras y catástrofes naturales hemos tenido algunas medidas para salir adelante y no morir en el intento.

Me veo en casa y pienso también cómo será el mundo en cada grupo familiar en el encierro. Para muchos es algo muy nuevo estar mucho tiempo juntos y convivir. Esa convivencia que cuesta mucho y al final es todo un arte. 

 Al igual que el COVID 19, los conflictos están ahí donde dos o más estén reunidos y en estos días deben surgir por muchas cosas, desde que hemos convivido poco o no hemos asumido nuestro grupo familiar, hasta temas que en algún momento tenían que explotar.

Ninguna medida de la cuarentena nos prepara para la convivencia, para las emociones, para los conflictos. No sé como estarán en cada casa, los niveles de estrés que causa el aislamiento, la falta de ingresos, el carácter y personalidad de cada uno, el temor a la enfermedad y consecuencias. Pero es importante siempre tener como herramienta el dialogo, reconocernos, aceptarnos y también tomar en cuenta que estamos en condiciones excepcionales, dónde la paciencia es también un ingrediente importante. 

Tomar los conflictos desde el inicio será lo mejor para que no avance a un punto más crítico como la violencia, ser oportunos en las situaciones y al final tomar acuerdos que fortalezcan esa convivencia. 

Podemos hacer reuniones familiares  cada cierto tiempo y aparte de hacer juegos, expresar sentimientos ya sea con la enfermedad, las situación de cuarentena o lo que sea que nos moleste, saber cómo llevamos este momento y llegar a alguna profundidad.

Escucharnos, reconocer como familia las fortalezas y debilidades, los límites y riesgos a los que estamos expuestos, quien se va a arriesgar más y en caso de emergencias como se reaccionará, también que se tendrán ataques de ansiedad, pánico o quizás depresión, pero estar dispuestos a comprender y trabajar con esa situación. También hay limitación de recursos y también se debe lidiar con eso, no estamos en condiciones normales y debemos conocernos en este momento especial.

Recordemos que en El Salvador tenemos un historial de violencia y muerte nada envidiable, esa ha sido la forma de resolver nuestras diferencias, casi sin mediar palabras. Veamos esta condición actual como una oportunidad para afinar esa convivencia y darnos cuenta que podemos hacer más pacíficas las relaciones y salir más fuertes, no sólo fisicamente sino socialmente.


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