Nuestro Embarazo



Creo que será la última vez que pueda tener la oportunidad de escribir de esta experiencia cuando lo esté experimentando, así que mejor aprovecho.

He disfrutado mucho de estos momentos desde la concepción. He tratado de no ser indiferente y estar presente y a pesar de lo inexperto, cansancio o de los estereotipos masculinos que se tienen, yo le puedo decir a mis hijos que me han enseñado desde el vientre a ser papá y que les agradezco por cada clase que me han dado.

Como hombre algunas situaciones de esta etapa nunca las podremos experimentar, al menos de manera natural, como sentir desde adentro el movimiento, crecimiento y desarrollo de un feto en cada instante; tampoco los cambios físicos, síntomas y riesgos  que un embarazo conlleva que es algo muy propio de la maternidad, pero si se puede, desde el exterior ser receptor de todos esos momentos en algunos momentos.

Hay otros cambios que psicológicamente uno puede compartir como las nauseas, mareos, acidez estomacal los altos y bajos de humor así como esos movimientos de burbujas que uno puede escuchar y sentir al principio pero que la mamá aún no puede, son espacios de privilegio que he disfrutado mucho.

Al final creo que terminaré sin haberme perdido ni una sola de las visitas al doctor para el control pre natal, he escuchado los primeros latidos de nuestros bebés y cada una de las ultrasonografías. Tampoco el estar presente en el momento del parto y aunque el mayor trabajo lo hacen madre e hijos, toda la tensión y estrés de ese momento de crisis ahí está y soy testigo presencial de esa primera luz que nuestros hijos miran.

Cada embarazo ha sido distinto, cada parto será distinto y aunque hay experiencia que se va acumulando, no dejaré de sentir esos nervios, temores y emociones por traer a un hijo e hija al mundo. Es una gran responsabilidad y una gran experiencia que gracias a Dios no me he perdido.

Ahora estamos casi listos para recibir a nuestra nena y no olvidaré todas las sensaciones que como padre he logrado tener. Gracias Dios por el milagro de la vida y tener la oportunidad de acompañar a mi esposa en este camino muy de mujer pero que me ha dado mi lugar de acompañante y esposo.  


Bienvenidos hijos e hija, este mundo no es perfecto pero se sabe vivir y seguimos tratando de dejarlo mejor para ustedes. 

Amo a mi familia


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