Ahora no es Monseñor hoy es el Santo Romero...

octubre 15, 2018

Ahora no es Monseñor hoy es el Santo Romero...

...Y de este lugar tan santo,

Va acompañando al obrero.

Muchas cosas que decir en este momento histórico que vivimos en la canonización de San Oscar Romero, pero desde lo particular quizás sólo pueda expresar mis sentimientos.

Ha sido muy emocionante y me así como nos encontramos con muchos de nuestra historia, amigos, familia, compañeros,también nos viene la memoria. A los primeros que tuve en mente fue a mi papá y mi hermano Jorge que por cierto este último estuvo hace 38 años en ese entierro de nuestro Mártir. Luego también tuve presente a todos los familiares de desaparecidos con los que trabajamos, también están los que se han tenido que ir al extranjero por todas las situaciones de nuestra historia, me imagino que más querer ir al Vaticano, sus anhelos eran por compartir con nosotros en la plaza Barrios.

Con todos sigue estando San Oscar Romero, con nuestra gente de la historia, asesinados, desaparecidos, sobrevivientes, pero también con los que sufren en nuestros días.

Andar en el Centro histórico de San Salvador, me dio la oportunidad de explicarle a mis hijos algunos hechos difíciles que se vivieron es esa plazas, que antes de teñían de sangre y que ahora pueden ellos caminar con relativa calma. Sólo el que no vivió esos momentos no puede saber que tanto hemos avanzado y tampoco puede disfrutar de esos cambios tan importantes.

Por supuesto que viví más cosas en ese centro, tantas veces que pasé por esas calles camino al colegio, camino a casa, dónde me divertía, dónde comía, dónde me sentí también amenazado por otros males que de niño uno enfrenta. Mucha nostalgia como me dijo mi hijo Diego de 13 años, me alegra que estén e mi sintonia y que hayan disfrutado un poco de su país, con sus dolores y sus alegrías que se viven en sus calles.

Gracias San Romero por interceder por nosotros, por mostrarnos otra forma de justicia, no sólo la terrenal sino la que Dios preparará. Gracias por la esperanza, gracias por juntarnos y mostrarnos de nuevo la unidad, por que nos hemos separado bastante desde aquellos tiempos. Gracias por los milagros, gracias por mostrarnos la bondad de Dios.